Fran Besora
No es la primera vez que Apple es acusada de realizar prácticas monopolistas en el App Store. En los últimos años, Epic Games y Spotify han sido las dos grandes empresas que se han mostrado públicamente en contra yendo a juicio en alguna ocasión. Ayer saltaron todas las alarmas por un artículo publicado en Forbes, el cual afirmaba que Apple compraba en secreto anuncios a Google para promocionar las apps del App Store.
¿Cuál es el problema? Pues que supuestamente, la intención de Apple es dirigir todo el tráfico a el App Store. Es decir, que si un usuario quiere descargar o comprar una app, vaya a hacerlo directamente a la tienda de apps sin pasar por la página web del desarrollador de dicha app. De esta manera, al hacerlo la mayoría de veces desde la tienda de apps de Apple, la compañía gana más gracias a sus comisiones.
Algunas de las apps afectadas, según Forbes, son Babble, Bumble, HBO, Plenty o Tinder. El supuesto problema viene dado en que son apps grandes, con suscripciones grandes y Apple estaría aprovechando su tirón para llevarse más dinero gracias a sus famosas comisiones del 15 y 30%. Tras el revuelo que ha supuesto esto, desde la compañía han querido responder a la polémica.
La verdad sobre la compra de anuncios por parte de Apple para las apps del App Store
Apple ha tenido que responder a toda esta polémica porque muchos sitios se han hecho eco de una información errónea por parte de Forbes, todo lo que tiene que ver con el App Store y acusaciones de monopolio tiene mucho tirón.
Desde Apple han aclarado que ha colocado anuncios para promocionar productos que distribuye durante cinco años, y estos anuncios están claramente marcados como del App Store. También que esta práctica no es diferente de los minoristas que publican anuncios para los productos que venden, y es un modelo de negocio muy estándar.
De hecho, Apple tiene derechos legales con los desarrolladores para realizar este tipo de anuncios. También aclaran que los anuncios son consensuados con los desarrolladores y que muchos expresan su gratitud. Otra polémica zanjada.
