WhatsApp es, sin duda, una de esas aplicaciones que no necesita presentación. Con más de 2.000 millones de usuarios activos en todo el mundo, su icono verde se ha convertido en sinónimo de “mensajería instantánea”. Pero en un panorama donde Telegram, Signal, iMessage o incluso Discord están ganando tracción, la pregunta es inevitable: Sigue WhatsApp mereciendo su trono? O lo usamos por pura costumbre?
WhatsApp tiene lo que muchos servicios sueñan: una base de usuarios gigantesca y profundamente integrada en nuestro día a día. Desde grupos familiares hasta comunicaciones empresariales, pasando por memes, notas de voz kilométricas y stickers graciosos: todo pasa por ahí. Y eso genera una barrera de salida brutal.
Cambiar de plataforma no es solo instalar otra aplicación, es convencer a tu entorno. Pasa como con el ecosistema de Apple (es muy fácil entrar, pero no salir). Y eso, seamos sinceros, da más pereza que migrar del iPhone al Android (o viceversa).
A pesar de su omnipresencia, WhatsApp no está exento de críticas. La privacidad siempre ha sido un tema candente. El hecho de que la aplicación de mensajería comparta metadatos con Facebook sigue generando desconfianza, especialmente en Europa.
Las actualizaciones de WhatsApp son el futuro de la aplicación
En los últimos meses, WhatsApp ha pisado el acelerador y no para de recibir actualizaciones y novedades, como WhatsApp para iPad (aquí te lo comentó mi compañera Olivia). La llegada de los canales (una copia bastante descarada de Telegram), la mejora de la función multidispositivo (que ahora permite usar la misma cuenta en varios teléfonos), o la integración de inteligencia artificial generativa en algunos mercados, apuntan a una clara intención: no quedarse atrás y mejorar la privacidad (tema pendiente en todas las aplicaciones de Meta).
Telegram es el gran rival a nivel técnico, ya que es mucho más rápido, más personalizable, con funciones infinitas… pero sin la base de usuarios de WhatsApp. Signal es el favorito de los defensores de la privacidad, aunque le falta músculo comercial. Y iMessage, el paraíso cerrado de Apple, sigue siendo un “premium club” solo para los del ecosistema.
La realidad es que WhatsApp no es la mejor aplicación de mensajería del mercado, ni mucho menos. Pero es la que todos usamos. Y eso, nos guste o no, le da un poder inmenso. WhatsApp sigue reinando. Pero el trono ya no es tan firme como antes. Y eso, en el mundo tech, puede cambiar en cualquier momento. Yo, personalmente, cada vez uso más iMessage, me da más seguridad, pero la inmensa mayoría de mis contactos se mueven con WhatsApp…