Albert Llambrich
Recuerdo tener el primer iPhone que salió en España gracias a los puntos de una conocida teleoperadora. Sí, de cuando los móviles salían “gratis” con las mini-facturas que debíamos abonar a final de mes. Los iPhone y sus pantallas siempre han sido algo a envidiar para la competencia desde 2007.
Las pantallas en los dispositivos móviles han cambiado la manera en que interactuamos con las personas. También ha cambiado su tamaño e, incluso, su formato. Ahora las pantallas envuelven el dispositivo por todas sus caras, o se abren como un libro o, según la última patente de Apple, se estirarán.
El tamaño de la pantallas… importa
El iPhone que lo cambió todo tenía una pantalla de tan solo 3,5″ de diagonal. Por aquel entonces era lo mejor y más grande a lo que podías aspirar. Sí es cierto que para 2007, cuando Steve Jobs presentó el dispositivo en aquella famosa presentación, a todos nos pareció algo excepcional.
Con el pasar de los años, y entrando la competencia en el mercado de los dispositivos móviles, empezaron a salir a la palestra gadgets más y más grandes. Apple nunca comulgó demasiado con este tipo de “guerra”, pero se ha ido adaptando a su manera, como siempre.
A día de hoy, y en plena rumorología de todo lo relacionado con el iPhone 16, casi podemos afirmar que crecerá un poquito más la pantalla, plantándonos por primera vez en los dispositivos de la manzana, con una pantalla de 6,7″ para la gama Pro y 6,9″ para la Pro Max.
Flexible, enrollables o que se estiren
El concepto de tener un smartphone con la pantalla flexible viene desde hace ya mucho tiempo. Recuerdo ver un anuncio de Samsung con un concepto que, luego más tarde, llevaría a la realidad con el Galaxy Fold, del que justo hace menos de 48 horas han presentado su séptima iteración.
Desde luego, la marca coreana no está sola. Tanto Xiaomi, Huawei, Oppo y Motorola, entre muchas otras, tienen prototipos muy avanzados o, incluso, modelos ya a la venta. Si bien el concepto es diferente al de Samsung, ya que sus pantallas son enrollables sobre el dispositivo y no plegables.
Desde siempre Apple ha dependido de un tercero para poder fabricar sus dispositivos. Samsung, LG, entre otros, han sido los encargados de fabricar por contrato y directrices para Apple. Ese puede ser uno de los motivos por los que nunca se haya puesto a comercializar un modelo con un tipo de pantalla que no sea rígida… o ¿sí lo ha hecho?
Si bien la pantalla que vemos en nuestro dispositivo es plana, se sabe que es curva en los bordes, ya que estos se meten hacia dentro del smartphone para poder conseguir que los biseles sean tan pequeños. Evidentemente no voy a decir que son curvos, pero es la aproximación conocida más cercana que tenemos en este momento.
La última patente de las pantallas que Apple ha registrado es un concepto muy diferente. Lo que Apple consigue guardarse para sí misma es el concepto de una pantalla que se estira a voluntad para poder usarla como teléfono móvil.
MacTrompa y su iPhone 15 Pro Max
No me gustan las pantallas grandes, las odio. Y muchos diréis:
«MacTrompa, pero que tienes un iPhone 15 Pro Max»
A lo que tendré que responderos con: Tenéis razón. Pero que tenga un Max no quiere decir que me guste o que prefiera dispositivos más pequeños. De hecho, mi dispositivo ideal sería un iPhone Pro Mini, pero este ya no lo veremos nunca.
El que tenga el modelo de pantalla más grande viene de la errónea decisión de Apple de añadir mejores prestaciones en esta gama del lineal. Si bien es cierto que no volveré a un teléfono más pequeño, no es por la pantalla que ofrece, sino por la gran batería que alberga en su interior. Ese es el verdadero motivo de mi compra de un iPhone 15 Pro Max.
Siempre he dicho que me gustan mucho más las pantallas enrollables que las plegables, pero es que ni tan siquiera se me había podido pasar por la cabeza una pantalla que se estire.
Como siempre, Apple llega tarde, pero llega bien.
