El ecosistema de Apple es, sin duda, la razón principal por la que millones de usuarios permanecen fieles a la compañía año tras año. Y yo entre ellos…
No se trata solo del diseño de un iPhone, la potencia de un Mac o la comodidad de un iPad. Lo que realmente atrapa es esa integración perfecta que hace que todos los dispositivos funcionen juntos como una sola pieza. Parece magia, es como si los dispositivos se hablasen. Una verdadera locura que atrapa.
Sin embargo, la Unión Europea ha puesto a este ecosistema en el punto de mira. Con sus regulaciones, busca abrirlo para fomentar la competencia. La ley quiere que Apple se abra, y parece que no es consciente de que muchos usamos el ecosistema Apple precisamente porque es cerrado… si quisiera un sistema abierto, me iría a Android, que tiene ecosistemas cada vez mejores!!
El choque con la Unión Europea
La Unión Europea considera que este ecosistema puede ser visto como un “cierre” que limita la competencia. Por eso ha impulsado algunas leyes, como la DMA (Digital Markets Act), que obliga a Apple a abrirse a tiendas de aplicaciones alternativas a la App Store, a usar USB C, a abrir iMessage, a usar métodos de pago externos a Apple Pay, y mil historias más con las que difícilmente se pueden estar de acuerdo, si eres usuario de Apple.
Lo que para Bruselas es un paso hacia la libertad digital, para los usuarios de Apple puede convertirse en una pérdida de simplicidad, seguridad y cohesión. Para algunos, el ecosistema de Apple es una cárcel dorada. Yo sin embargo me quedo en Apple principalmente porque sus dispositivos no solo funcionan, sino que funcionan a las mil maravillas juntos. Y esa integración es justo lo que la UE podría estar rompiendo con su afán de regulación.
El ecosistema Apple no es casualidad, es la esencia de la compañía. Lo que muchos queremos y buscamos y necesitamos para hacernos la vida más fácil. Y aunque la Unión Europea quiera abrirlo, no creo que deba hacerlo.