Desde siempre, Apple ha sido sinónimo de calidad, innovación y, por supuesto, de precios elevados. Sin embargo, con cada nuevo lanzamiento, surge la misma pregunta: ¿están sus productos realmente justificados en precio o Apple ha cruzado la línea hacia lo exagerado?
Ahora, con el nuevo gobierno americano, y sus aranceles, los nuevos productos van a tener precios prohibitivos y seguramente mucho más elevados que de costumbre. En España, entre el IVA y los aranceles o Apple ajusta el precio del iPhone 17 o dudo que lo compre mucha gente.
Lo bueno de los productos de Apple es que al venderlos en el mercado de segunda mano, no pierden tanto su valor como sí lo hace un dispositivo de otra marca, con lo que los teléfonos móviles, por ejemplo, no salen tan caros si previamente vendes el modelo anterior para comprar el actual.
Apple ¿copia o innova?
Mucha gente me hace esa pregunta y mi respuesta, en el 90% de los casos es que los americanos mejoran y sólo en un 10% innovan, pero esa innovación realmente es genial. La pena es que en ocasiones la mejora es demasiado alta para el usuario “normal”, como pasa por ejemplo con su tan comentada Apple Intelligence. No es una IA al uso, es un asistente, pero la gente de a pie no es lo que busca.
Los de Cupertino siguen lanzando productos con gran tecnología, como los Mac con chip M-series, que ofrecen rendimiento increíble, aunque hay portátiles con chips AMD y Intel que cuestan menos y tienen un desempeño similar… El iPhone sigue siendo el smartphone más optimizado, pero los Galaxy S Ultra o los Google Pixel han cerrado la brecha en fotografía, inteligencia artificial y personalización y han conseguido que la realidad de la diferencia entre iOS y Android sea que compres el sistema operativo con el que te sientas mejor.
Para mi, una de las mejores cosas que tiene, y seguramente sea el motivo de mi uso y debilidad por sus productos, es El Ecosistema. La integración entre dispositivos (iPhone, Mac, iPad, Watch, AirPods) es una grandísima ventaja. Aunque, esta interconectividad puede ser vista como una forma de “atrapar” a los usuarios en su sistema y hacer que sea difícil salir.
Si antes Apple vendía innovación, ahora parece vender estatus y exclusividad. Los precios altos no solo reflejan costos de producción, sino también una estrategia de posicionamiento. Un iPhone Pro, por ejemplo, no es solo un teléfono. para mucha gente es un símbolo de prestigio y de estatus social.